jueves, 3 de diciembre de 2015

Sencillamente tú

Vuelves a revolotear por mi cabeza, vuelves a hacer que las mariposas que duermen en mi estomago despierten de nuevo, vuelves a darme el calor que me hace sentir en casa, vuelves a resucitar la alegría de mi corazón, vuelves a darle sentido a mi vida, y a hacerme feliz. Te atreves a cogerme la mano, y con ese gesto y sin quererlo me dices que me sostendrás toda la vida.

Y así, nos dejamos llevar por los impulsos que nos han llevado al hoy, a un día en el que sabemos que no habrá más siestas, ni más besos, ni más caricias, ni más abrazos, ni más risas, ni más pelis, ni más nada. Desde hoy y hasta que Dios quiera, dejaremos de vernos, de mirarnos a los ojos y sentirnos bien viéndonos el uno en el reflejo del otro. Desde hoy, no habrá más NoMenciones, ni más guasaps, ni más notas de amor, ni más sonrisas sinceras en las que solo sé pensar en lo guapo que eres…desde hoy no queda nada.

Pero no estoy triste, ha sido una buena despedida. Hasta ahora, la mejor de todas las que hemos tenido, ¿no?

Bueno, sea como fuere, ahora le toca al destino jugar, y poner a cada uno en su lugar. Si tenemos que estar juntos, lo estaremos y si no, que te vaya bien, pequeño. Si algún día necesitas mi ayuda, “dame un silbidito” y acudiré a tu lado a darte un abrazo y a solucionar todos los problemas de tu mundo con un donuts y un beso (en la mejilla).
Pero no tardes mucho en necesitarme, porque ya sabes cómo soy, puedo esperar, pero no eternamente, y ya he esperado algún tiempo. Si me aseguraras tu regreso no me importaría esperarte hasta el final del mundo, pero no lo has hecho, y eso, sintiéndolo mucho, limita el tiempo. Solo quedan unas semanas para Navidad y yo no sé lo que Dios tendrá pensado para mí, pero no voy a perderme nada por seguir esperando a alguien que no sabe aún lo que quiere. Empezará el año nuevo y mil cosas nuevas me esperan tras las campanadas. Si quieres descubrirlas conmigo, ven y quédate siempre a mi lado.
Si necesitabas una señal, la tuviste en su momento, pero cuando alguien no quiere ver las cosas no las ve ni aunque las tenga en frente, así que si quieres seguir esperando, puedes pasarte la vida haciéndolo, pero la vida no espera por nadie. Ahora te tocará decidir a ti, si eliges vivir o si eliges “tirar”. No voy a juzgarte por tu elección, pero ojalá elijas vivir y sentir. Y ojalá elijas ser el León de mi vida para ser felices de nuevo juntos y visitar todo el mundo de la mano.



Podría seguir indefinidamente dándote razones de por qué debemos estar juntos, pero ya no voy a seguir haciéndolo, y ya no voy a seguir alimentando el amor que te tengo. Dejaré que se extinga, y poco a poco, dejarte de amarte hasta volver a ser feliz sin ti.


martes, 20 de octubre de 2015

Héroes

¿Qué os ha venido a la mente con este título?

Seguro que ya os hacéis una idea sobre de que va a ir esto…

Solo espero que nadie haya pensado en ese tipo de “Héroes famosos” como lo pueden ser en deportes Leo Messi o Cristiano Ronaldo, Rafa Nadal, Pau Gasol, Alonso, Pedrosa o yo que sé, porque sí, vale, hacen muy bien su trabajo, pero no son el tipo de héroes sobre los que yo escribiría.

Puede que a alguno se le venga a la mente al oír héroe a Nelson Mandela o a Martin Luther King, Gandhi o a Juan Pablo II o a la Madre Teresa de Calcuta. Personas que cambiaron la historia de la humanidad, personas que serán recordadas para siempre por sus hazañas, por sus palabras, por sus actos, por su ejemplo. La historia siempre los recordará y como consecuencia, el mundo entero. Personas maravillosas que se dejaron la vida por ayudar a los demás, personas ejemplares y fantásticas.

Pero seguro que también conocéis a ese vecino del cuarto, que se levanta todos los días a las cinco de la mañana para ir a trabajar y  poder así cuidar de su familia , o a ese amigo que tiene a un hermano en silla de ruedas y se desvive por ayudarlo o a esa chica de clase de la que te enteraste el otro día que trabaja más horas que tu y aún así no se queja y llega a todo o a esa persona que vemos todos los días de camino al trabajo que siempre sonríe. Seguro que todos conocemos a alguien que encaje en ese perfil o parecido. Pues os diré algo que he ido aprendiendo con los años, que esos son los verdaderos héroes. Esas son las personas que día a día con su sonrisa, con su trabajo, con su amor, hacen de este mundo un lugar mejor. Con esto no quiero decir que Martin Luther King o la Madre Teresa de Calcuta no sean héroes o no deban ser reconocidos, al contrario. Pero si quiero dejar claro que estas otras personas, las de nuestro día a día, son extraordinarias aunque no hagan “grandes cosas” aunque nadie nunca escriba sobre ellas ni salgan jamás en la tele, aunque solo las vayan a recordar sus hijos, sus nietos, y con suerte, los hijos de sus nietos. Estas son las personas por las que merece la pena seguir intentando, por las que aún vale la pena creer en la humanidad, porque chicos, sin esta gente, el mundo sería un lugar realmente triste y vacío.
Lo que se puede hacer con una sonrisa y que pocas veces sonreímos…Os propongo que, bueno mejor, os reto a  que hoy, mañana y siempre sonriáis. A ver si sois capaces de sonreír aunque por dentro estéis rotos, porque ahí, amigos, es cuando se demuestra la fuerza y el valor de las personas. Seguiría con este tema, pero ya escribiré otro día (porque creo que me estoy motivando con esto del blog,  aunque aún todo lo que hay sea un poco cutre).

Bueno, sigo. De quien quiero hablaros hoy es de una persona en concreto, de una persona muy valiente que siempre ha estado al servicio de sus seres queridos, que siempre ha sido el primero en ofrecerse a ayudar. Una persona que siempre escucha, te mira, asiente y con una simple frase resuelve todos tus problemas. Una persona trabajadora, generosa y con humor, algo que la mayoría de personas van perdiendo con la edad. Siempre está alegre, sonriendo y ocupado en algo, siempre está haciendo cosas. Pero siempre saca un hueco para ayudarte o simplemente para charlar contigo. ¡Y qué charla! Es lo mejor.

Pero por circunstancias de la vida, ahora está enfermo. Tiene cáncer. Realmente, no sé realmente  hasta qué punto de gravedad, pero la simple palabra asusta.

Sí, es duro. Saber que una de las personas más importantes de tu vida tiene esta maldita enfermedad.
Pero no quiero que os quedéis con eso, porque desde luego, es lo último que él querría que se supiera de él. Él ahora sigue luchando, sigue sonriendo para que su mujer, que después de él es la que más sufre, su hijo, sus nietos y toda su familia estén bien. Sigue con esa especial sensibilización para los corazones rotos, sigue atento a todo el mundo y lo más importante, sigue sonriendo.
Hoy hablaba con él por teléfono y su voz que siempre suena fuerte y despreocupada hoy sonaba débil y arrastrada, pero su esencia seguía. Sigue siendo el mismo, solo que ahora tiene que tirar de carro con las manos atadas, pero ahí sigue, fuerte y sonriendo para seguir alegrando la vida a sus seres queridos. Porque eso hacen los héroes. Hacen felices a los demás aunque ellos no estén en su mejor momento. Puede que ahora mismo no sea el más fuerte, pero te hace sentir fuerte saber que está “bien”. Puede que ahora mismo no sea el tío más gracioso del mundo, pero me ha vuelto hacer sonreír. No sé, creo que su actitud es ejemplar y que todos deberíamos ser un poco más héroes en nuestra vida real. A veces nos pensamos que hacen falta grandes cosas para serlo, pero creedme, en el momento oportuno, una sonrisa, una caricia, un abrazo, un guiño o un beso, pueden salvarte la vida.  




martes, 13 de octubre de 2015

Historia sin final

Esta es la historia de una chica que un día se enamoró.
Se enamoró de un chico que le hacía reír, soñar y sobre todo, le hacía feliz.
Pasaban los días y ella solo podía pensar en él, en lo feliz que era estando a su lado.
Y él igual.
Los dos eran felices juntos. La vida parecía color de rosa.
Hasta que un buen día, llegaron los problemas.
A ella todo le parecía mal y a él todo lo agobiaba.
Llegaron a tal punto que un día casi lo dejaron todo.
Pero no fue así.
Siguió pasando el tiempo y las cosas iban bien, pero no tan bien como antes.
Ella pensaba que no importaba, se conformaba con estar a su lado.
Pero se olvidó de que en el amor la palabra “conformarse” no existe.
Él empezó a dejar de ser el mismo y a hundirse en sus problemas.
Y ella no lo supo ver.
Hasta que un día, un día terrible, llegó un tren y se lo llevó.
Se lo llevó tan lejos que a ella le parecía que su alma se partía en mil pedazos.
Le pareció que todo su amor había dejado de existir….
Ella se dijo a si misma que estaba dispuesta a TODO con tal de recuperarlo, pero debía esperar…

Y ahora no os puedo contar el final de la historia, porque no lo sé.  Me encantaría poder escribir que ella se fue a buscarlo y lo encontró y nunca más volvieron a separarse, o que el regresó y empezaron de nuevo, pero no se cual es final, ni siquiera sé si tendrá un final. Ojala que acabe bien…
En cuanto lo tenga, y para eso me temo que falta mucho, os lo contaré.

No me importa esperar, sobre todo si es para un buen final ;) 

viernes, 3 de julio de 2015

Eterno verano

Verano…esa época del año que todo el mundo espera tanto, ese tiempo tan ansiado por todos tras la dura época de exámenes, de final de curso, de trabajo…para la mayoría la mejor estación que ofrece el año. Para la mayoría, pero no para mí. Para mí, son los dos peores meses del año porque me quitan lo que más quiero del mundo. Me  alejan mi principal motivo de felicidad, me traen la soledad a casa y eso hace que me quede como sin aire que respirar. No puedo evitar sentirme triste o nostálgica…todo me recuerda a ti…Hasta siento que mi vida carece de sentido si no estás tú para desordenar mis días, cabrearme por tonterías, pidiéndome besos cuando sabes que estoy enfadada y todas esas cosas que tanto odio de ti, pero que al mismo tiempo adoro.  Son esas cosas que hacían que mí día a día fuera algo maravilloso, algo mágico, algo tuyo y mío. Sólo nuestro. Y eso ahora no está. Por eso maldigo al verano, porque me separa un océano de ti. Y yo te necesito aquí, conmigo.
No quiero seguir escribiendo cosas tristes porque siento ganas de llorar y tú no lo querrías.

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Mientras escribo y como burdo intento de reprimir las lágrimas me pongo música y he ido directa a Sazam para descubrir que la mitad de las canciones las escuche en tu coche, yendo hacia mi casa o a Puerto Venecia o a Deloite con tus primos detrás. Y me es inevitable sonreír mientras te imagino al volante cantando todas esas canciones…
Uf…te echo de menos Fran
Cuento los días que me quedan para volver a abrazarte

Te quiero.

viernes, 3 de abril de 2015

"Quiero que te mojes"

No os negaré que hacía más de cinco años que no veía procesiones y realmente, no lo echaba de menos, hasta hoy.

Hemos salido de casa sólo para ver “El Santo Entierro” (aunque sólo hemos durado una hora x) y en uno de los muchos estandartes un cofrade portaba una de las frases  que dijo Jesús en la cruz ”Padre mío, todo está cumplido”  y en ese instante, con la música de los tambores como banda sonora, un escalofrío ha recorrido mi espalda. Y ahí ha sido donde me he dado cuenta de que cinco, han sido muchos años sin ver los tambores.
”Padre mío, todo está cumplido”, una simple frase que pone fin a una vida de amor, de entrega, de ejemplo. Una vida que fue capaz de cambiar la historia, la historia de la humanidad. Una vida que nos da la oportunidad de una vida eterna, con la única condición de amar a los demás y hacer el bien. Y pese a ello, cuantas veces fallamos, cuantas veces pudiendo hacer el bien no lo hacemos, cuantas veces pisoteamos a los demás, cuantas…


Hace un tiempo alguien me pasó un vídeo que cambió mi visión de la semana santa, (bueno, en realidad de la cuaresma, pero es aplicable a semana santa) que cambió la idea errónea que yo tenía sobre cómo vivir “bien” la semana santa. Pesaba que para vivirla bien había que hacer sacrificios, renunciar a las cosas que me gustan y rezar todo lo que no rezo en el año, pero este vídeo me enseñó algunas cosas.
Aquí os lo dejo, a ver que os parece ;) 


Bueno, como veis, no es para tanto, de hecho es bien sencillo y algo anticuado con las imágenes del principio y el corazón palpitante del final, pero como dice Fran, no os quedéis en las formas sino en el contenido.  Y de eso precisamente os quiero hablar, de lo que yo entiendo ahora de este tiempo tan importante para los cristianos.

Creo que el concepto de sacrificio o de oración está demasiado estereotipado y debe cambiar.
Me gusta por eso lo que sale en el vídeo "Quiero que te mojes", que lo des todo, que te dejes amar, que ames, que te dejes sorprender y sorprendas, que luches por lo que ames, que seas valiente...Que rezar no es sólo ponerse de rodillas sino sentarte con un amigo y hablar de la vida o dedicar un pensamiento o cantar una canción. Para agradar a Dios no hacen falta grandes sacrificios, basta con poner buena cara a ese potaje de garbanzos que ha hecho tu abuela para viernes santo, basta con abrirle la puerta al vecino cuando coincidimos en el portal, basta con una simple sonrisa o con un beso, basta con que pongas ganas y amor en las cosas que hagas y así, serás realmente feliz.

Y eso es lo que el Jefe quiere, que seas feliz.







martes, 31 de marzo de 2015

"Creo en nosotros"

Llevaba ya unos días dándole vueltas a la cabeza sobre que estaba pasando. 
Todo esto era muy raro. No sabía qué hacer ni que pensar.

La reina, tras varios días de lágrimas inútiles se decidió a hablar con su rey para arreglar la situación. Pero en este caso, el remedio fue peor que la enfermedad.  

Cuando ya todo parecía perdido, la reina miró al rey y con los ojos llenos de lágrimas le suplicó que se quedara. Que no le importaba esperar cien años a que todo mejorase, que no le importaba no verlo, ni siquiera no hablar con él, pero que no se fuera. Porque lo necesitaba. No podía vivir sin él. Su vida dejaba de tener sentido si él no estaba con ella. 
“Creo en nosotros” le dijo.

Pero el rey no quería hacer más daño y por eso debía irse definitivamente. Porque la amaba y no soportaba verla triste por sus continuos viajes. Pero por más que insistía en partir, la reina se aferraba aún más a no dejarlo marchar.


Y tras mucho pensar y conmovido por las lágrimas de su amada, el rey,cedió. 

lunes, 16 de febrero de 2015

Dormidos...

Sobre el frío y duro suelo de la cabaña, dormían el Rey y la Reina.
Habían cedido sus aposentos a los viajeros que visitaban su humilde morada.
Hacía frío y calor a la vez. Ya no sabían si abrigarse más o desvestirse.
La dureza del suelo se clavaba en la perfecta espalda del Rey.
Y  la Reina no hacía más que dar vueltas en el colchón improvisado.
El viento azotaba las ventanas haciendo un ruido ensordecedor.
Todos dormían. Todos. Menos la reina.
Ella se preocupaba por la incomodidad, el calor…
Hasta que sus pensamientos descansaron en su Rey.
Y entonces ya pudo dormir, porque se había dado cuenta de algo.
Aunque no fuera el mejor lugar, por primera vez en su vida, dormía con el Rey.
Dormían sobre el suelo, sí, pero juntos.
No había distancia entre sus cuerpos.
Podía notar la respiración del Rey y sentía su brazo rodeándole la cintura.
De repente se sintió feliz y no se preocupo más del lugar en el que estaban.
Se durmió feliz, muy feliz.
Disfrutando de la maravillosa sensación de dormir junto a su amado, su vida.
Y su alegría creció aún más cuando al despertar su Rey la miró sonriendo y le dijo:
 “Buenos días Princesa”.