Hemos
salido de casa sólo para ver “El Santo Entierro” (aunque sólo hemos durado una
hora x) y en uno de los muchos estandartes un cofrade portaba una de las frases
que dijo Jesús en la cruz ”Padre mío,
todo está cumplido” y en ese instante,
con la música de los tambores como banda sonora, un escalofrío ha recorrido mi espalda. Y ahí ha sido donde me he dado cuenta de que cinco, han sido muchos
años sin ver los tambores.
”Padre
mío, todo está cumplido”, una simple frase que pone fin a una vida de amor, de
entrega, de ejemplo. Una vida que fue capaz de cambiar la historia, la historia
de la humanidad. Una vida que nos da la oportunidad de una vida eterna, con la
única condición de amar a los demás y hacer el bien. Y pese a ello, cuantas
veces fallamos, cuantas veces pudiendo hacer el bien no lo hacemos, cuantas
veces pisoteamos a los demás, cuantas…
Hace
un tiempo alguien me pasó un vídeo que cambió mi visión de la semana santa, (bueno,
en realidad de la cuaresma, pero es aplicable a semana santa) que cambió la
idea errónea que yo tenía sobre cómo vivir “bien” la semana santa. Pesaba que para
vivirla bien había que hacer sacrificios, renunciar a las cosas que me gustan y
rezar todo lo que no rezo en el año, pero este vídeo me enseñó algunas cosas.
Aquí os lo dejo, a ver que os parece ;)
Bueno, como veis, no es para tanto, de hecho es bien sencillo y algo anticuado con las imágenes del principio y el corazón palpitante del final, pero como dice Fran, no os quedéis en las formas sino en el contenido. Y de eso precisamente os quiero hablar, de lo que yo entiendo ahora de este tiempo tan importante para los cristianos.
Creo que el concepto de sacrificio o de oración está demasiado estereotipado y debe cambiar.
Me gusta por eso lo que sale en el vídeo "Quiero que te mojes", que lo des todo, que te dejes amar, que ames, que te dejes sorprender y sorprendas, que luches por lo que ames, que seas valiente...Que rezar no es sólo ponerse de rodillas sino sentarte con un amigo y hablar de la vida o dedicar un pensamiento o cantar una canción. Para agradar a Dios no hacen falta grandes sacrificios, basta con poner buena cara a ese potaje de garbanzos que ha hecho tu abuela para viernes santo, basta con abrirle la puerta al vecino cuando coincidimos en el portal, basta con una simple sonrisa o con un beso, basta con que pongas ganas y amor en las cosas que hagas y así, serás realmente feliz.
Y eso es lo que el Jefe quiere, que seas feliz.