Quiero empezar un pequeño proyecto y tratar temas de más interés que las historias de princesas con finales infelices.
Y es de eso precisamente de lo que quiero hablar en esta última entrada de mi muy querido primer blog.
De los finales felices, o comienzos más bien.
Algunas personas, desde mi punto de vista, equivocadas, creen que el amor es algo que te hace parecer débil.
Débil por el simple hecho de estar expuesto a tus sentimientos. A los tuyos y a los de otra persona.
Voy a referirme al amor de pareja, no al amor que se le tiene a la familia o a un amigo. Para entendernos, quiero escribir sobre el amor romántico, que para los que no me conocen ya, no me gusta nada (nótese la ironía).
Creo firmemente en el amor (que no el "Amor", que también, pero eso será digno de una entrada propia algún día). Creo que el amor existe, porque lo he podido experimentar en primera persona y es algo maravilloso.
Creo que el amor existe porque tiene que haber algo bueno en este mundo que haga que no todo sea tan malo. Y eso es sin duda el amor.
Puede ser el amor de un hijo a su padre, de una maestra a su alumno más retraído o puede ser sin duda el amor de dos personas que se quieren con locura. El amor mueve montañas y hace milagros, y de eso estoy bien segura.
Por eso me da lástima la gente que no cree en el amor o piensa que el amor, tarde o temprano, acaba.
Quiero decirle a todas esas personas, aunque ninguna vaya a leer esto, que EL AMOR ES REAL.
Que uno puede sentirse pequeño y enorme a la vez. Débil y fuerte al mismo tiempo, pletórico de felicidad y triste en minutos consecutivos. Porque eso es el amor. Experimentar cientos de emociones al mismo tiempo. Y es normal estar confuso a veces, incluso asustarse cuando uno se da cuenta de que necesita de otra persona para ser feliz. (Que sí, que es cierto, nadie necesita de nadie para ser feliz, pero cuando uno está enamorado hace mucho ver que esa otra persona es feliz. Y cuando la ves feliz te sientes la persona más afortunada del mundo y rezas para que siempre sea feliz)
El amor es real porque cuando conoces a la persona que Dios o el destino ha puesto en tu camino, no paras hasta conseguirla, haces todo lo posible por estar con esa persona y te das cuenta, de que estás dispuesto a cambiar muchas cosas en tu vida, de renunciar incluso a ellas por amor. Y es solo en esa entrega infinita, desinteresada y pasional cuando uno se da cuenta de que su vida empieza a tener más sentido cuando está con esa persona.
Cuando la miras a los ojos y sientes que todo va mejor, aunque se esté acabando el mundo, si la tienes cerca, todo es mejor. Ya no te imaginas tu vida sin esa persona y te sientes feliz imaginado un futuro con ella y viviendo un presente que aún siendo difícil a veces, vale cien veces la pena. Porque todo lo que vale la pena requiere de un esfuerzo equivalente a su valor.
Últimamente se escuchan muchas canciones que hablan sobre el terrible final que supone acabar como en una película, la típica historia de amor desfasada en la que los protagonistas se casan y viven felices para siempre, tienen hijos y fin de la historia. O que con el tiempo se les acaba el amor...
Pues os diré algo. Para mi, el valor que tiene encontrar el amor verdadero, encontrar a la persona que puede llegar a ser tu compañero de viaje todos los días de tu vida es mucho más emocionante que vivir miles de otras experiencias que pueden ser geniales, no hay duda, pero que después de hacerlas sigues vacío por dentro. Porque lo único que nos hace sentir llenos es entregarse a los demás por amor y ver como esa entrega es reciproca. Porque no hay nada más apasionante que vivir enamorado cada día. Y hacer con esa otra persona todas esas cosas que quieres hacer antes de morir y de hacer muchas otras que jamás habías pensado.
Y es que encontrar el amor no significa el final de la historia o el irremediable destino de una vida prediseñada con una casa con jardín, dos niños y un perrito.
El amor es la mayor aventura a la que cada hombre está llamado a vivir. Descubre cual es la tuya y ve a por ella sin tapujos, sin prejuicios y pon todo tu empeño en ello.
Te equivocarás, te caerás, te harán daño y puede que hagas daño a otras personas sin quererlo, pero es que nadie dijo que fuera fácil encontrar la felicidad. Ni que estuviera exento de riesgos, pero en esta vida hay que asumir riesgos, hay que lanzarse a la piscina sin saber si está llena del todo. Porque vivir es caerse una y otra vez, pero levantarse siempre, procurando aprender algo y siendo mejor cada día.
Y cuando encontréis el amor y surjan problemas, dudas, peleas, incluso dolor, si vale la pena, si es amor, todo se supera. Porque el amor todo lo vence.
Cuando todo vaya mal, volved a empezar si es preciso, pero no tiréis la toalla, porque os podéis arrepentir toda la vida y cuando os deis cuenta puede que ya sea demasiado tarde. Y no se puede vivir de lamentos, ni de recuerdos...
Sólo quiero añadir algo más y es por lo que siempre discuto.
Que el amor sólo no basta.
Pues sí, si que basta.
Si dos personas quieren estar juntas porque se quieren, lo estarán, porque al final una de las dos se dará cuenta de que vale más una vida con esa persona que cine vidas sin ella. Y entonces luchará. Y luchará hasta el final.
Porque...el amor permanece siempre.
Y no se puede vivir toda una vida sintiendo amor por alguien y no hacer hasta lo imposible por estar a su lado. Todos los días de su vida. De TU vida.
El amor permanece siempre